Las leyendas urbanas que
afectan a la ciencia son unas veces graciosas, otras peligrosas y hay ocasiones
que son indiferentes. En el caso de que les guste el asunto busquen y
encontrarán mucha información en internet.
En el mundo científico también hay leyendas
urbanas, y no pocas; muchas tienen que ver con las pseudociencias: los
maravillosos poderes de una fruta, de la homeopatía, los poderes paranormales
de fulanito, etc. En el ámbito de la neurociencia hay una que se repite hasta
la náusea: “sólo usamos alrededor del 10% de nuestro cerebro”. Claro que esto
nos sucede a los mortales normalitos, los que escapan de la media de
utilización y usan más de este porcentaje se convierten automáticamente en
inteligentes y si algunos superan con mucho la media de la población es porque
se llaman Einstein; no hay más ejemplos porque los que defienden esta tontería
no saben poner otro. ¡Pobre cerebro de Einstein! Además,
hay otro matiz para defender esta leyenda: yo puedo enseñarte a utilizar el
cerebro algo más de lo que lo usas… ¡y te cobro por ello!
Una cosa es que desconozcamos cómo funciona
una gran parte de nuestro cerebro, cómo se codifica mucha información, cómo son
muchos de los procesos que terminan en la percepción del exterior, cómo influye
en nuestra parte consciente el inconsciente, etc., pero no hay ninguna razón
biológica para suponer que un órgano funcione al 10%.
De entre las muchas razones
que se podrían aportar para demostrar que esto es falso, a mi juicio, la más
importante es la evolutiva. Para los defensores de esta “leyenda” la evolución
ha dotado a nuestra especie de un cerebro maravilloso que consume una enorme
cantidad de energía en relación a su tamaño, pero que funciona al 10%; el resto
es… Es algo así como tener una mano con cinco dedos y un pulgar oponible y no
utilizar más que el meñique o comprar una biblioteca con 10.000 volúmenes para
sólo consultar 1000. Es pensar que la evolución ha actuado con nuestro cerebro
como no lo ha hecho con ninguna otra estructura biológica: ha seleccionado un
órgano muy costoso energéticamente para no utilizarlo ¡la selección natural ha
actuado contra natura! Es como si, en
determinados casos, no hubiera gravedad, el agua fuera un excelente disolvente
de las ceras, Saturno cambiara de posición con respecto a la Tierra, el agua engordara,
etc.
Pero se pueden aportar otras
razones diferentes a la evolutiva.
La abundante investigación
cerebral que se ha realizado en los últimos años, con técnicas muy modernas, ha
demostrado que no hay ninguna parte del cerebro que se haya estudiado y… no funcione,
lo que también es mala suerte teniendo en cuenta que no utilizamos más que el
10%.
Por otro lado, cuando se
produce un ictus cerebral y se lesionan algunas regiones encefálicas, incluso
pequeñas, se generan unas anomalías fisiológicas que alteran negativamente las
capacidades de la persona. Estas lesiones son fáciles de descubrir mediante
estudios de resonancia magnética, tomografía de emisión de positrones y otros.
Y la verdad es que en todos los casos debe haber mala suerte ya que utilizando
sólo un 10% del cerebro siempre hay problemas. Da igual que afecte a una parte
pequeña del mismo.
En fin, muchas otras
razones se podrían aportar pero creo que al lector inteligente no hay que
avasallarle: sólo hay que hacerle trabajar neuronalmente ya que el uso y abuso de las neuronas no las
estropea, las mejora.
1 comentario:
Como olvidar ese comentario que día tras día fue repetido en clase y que tantos beneficios me ha reportado: "... porque a pesar de lo que muchos piensan, el uso y abuso de las neuronas no las estropea, las mejora."
Fantastico articulo, y un saludo desde la facultad de medicina de la UEX.
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