En el artículo precedente de este blog he
comentado que los lóbulos frontales son algo así como el director de esa
magnífica orquesta que es el resto del cerebro. Está claro, entonces, que
siguiendo con esta comparación una lesión frontal generará un incorrecto
funcionamiento del conjunto cerebral, de la misma manera que una buena orquesta
sin director no será capaz de producir el sonido correcto.