Ya se ha comentado que cuando se unen los neurotransmisores a los receptores de la neurona postsináptica se produce la entrada de iones. Pero, ¿cómo sucede?
En un receptor ionotrópico, el canal que está relacionado con él (recuerde que es una proteína) se abre o se cierra, con lo que se altera el paso de iones a través de la neurona. Así, puede suceder que se abra un canal de Cl-, o que se cierre uno de K+.
Si embargo, estos receptores no son los más frecuentes, los que predominan en las neuronas son los receptores metabotrópicos. Están unidos a una proteína especial que se denomina proteína G. De esta forma, cuando se une un neurotransmisor a uno de estos receptores se produce la separación de una parte de la proteína G, la cual es capaz de unirse a un canal iónico (que se abrirá o cerrará) o, según la neurona, producirá una serie de reacciones químicas que terminarán en la formación de una sustancia, denominada genéricamente segundo mensajero, que podrá influir en el metabolismo de la célula de formas muy diferentes.
En cualquier caso, la apertura o cierre de los canales determinará una entrada o salida de ciertos iones. De esta manera podrán ocurrir varias cosas:
a) Es posible que, por ejemplo, entre Na+. En este caso se producirá en la neurona postsináptica una despolarización "que no es un potencial de acción". El potencial de membrana puede pasar de –70 a –65 mV, por ejemplo. Este potencial que se ha creado se denomina potencial excitador postsináptico (PEP).
b) También es posible que el neurotransmisor abra, por ejemplo, un canal de Cl-. Como este ión está más concentrado en el exterior que en el interior de la neurona, entrará en la misma y hará que se pase de un valor de potencial de reposo de –70 a –75mV, por ejemplo. Este potencial se denomina potencial inhibidor postsináptico (PIP).