En 1950, investigadores del Laboratorio Jackson, en Bar Harbor (Maine), que estaban trabajando con un grupo de ratones encontraron una mutación espontánea de obesos, tan gordos que pesaban tres veces más que los ratones normales. Estos roedores presentaban dos alelos mutantes (ob), eran, por tanto, homocigóticos y se les denominó ratones ob/ob. Era una prueba de que la obesidad tenía, en parte, una base genética.