Del mundo exterior a nosotros percibimos lo que podemos, no lo que existe, no lo que hay, sino lo que nuestro sistema nervioso nos permite captar y, posteriormente nuestro cerebro, nosotros, percibimos. Hay numerosas cosas que existen que no podemos distinguir, pero hay máquinas que lo hacen por nosotros y nos lo “traducen”. Ningún ser humano percibe las ondas de radio, los rayos X, etc. y es que no tenemos receptores biológicos para esas radiaciones electromagnéticas. Tampoco podemos ver muchas cosas pequeñas, pero hay aparatos que nos ayudan.