El síndrome X-frágil (SXF), menos
conocido con el nombre de síndrome de Martin & Bell —J. Purdon Martin y
Julia Bell describieron la patología en 1943—, es un trastorno neurológico cuyo
resultado biológico es un importante deterioro cognitivo y un comportamiento
anómalo. Es la primera causa hereditaria de retraso mental y la
segunda asociada a genes, después del síndrome de Down.
El nombre es consecuencia del hecho de
que en los pacientes a los que se les realiza un estudio cromosómico se observa
que el cromosoma X, en la manipulación que se realiza en el laboratorio, se
fragmenta con relativa facilidad, lo que no implica que en las personas este
cromosoma tenga fragilidad alguna.
Las personas con el SXF
suelen ser de cara alargada, orejas grandes, presentan hiperextensibilidad de los dedos,
pie plano, retardo en el lenguaje, testículos también grandes
desde la adolescencia, etc. No es demasiado raro que los niños con esta patología
sean diagnosticados como sujetos de otras alteraciones de naturaleza
neurológica: síndrome de Prader Willi, síndrome de Tourette, etc.
Se presenta con más frecuencia en los
varones (1 de cada 4000 varones) que en las mujeres (1 de cada 8.000 mujeres).
Se ha demostrado que esta patología es
debida a la ausencia de la proteína FMRP1: acrónimo inglés de Fragile
X linked Mental Retardation type 1,
retraso mental de tipo 1 ligado al X (cromosoma X).
La causa radica en una mutación que
aumenta el triplete CGG de una región no traducible del gen FMR1. En las
personas normales esta región suele presentar entre 6 y 50 repeticiones CGG,
mientras que las que poseen el síndrome tienen entre 200-1000 repeticiones de
ese triplete. Lo que parece claro es que un incremento por encima de las 200
repeticiones produce una metilación de esta zona cuyo resultado es la
inactivación del gen FMR1 y
consecuentemente el gen no se transcribe ni, obviamente, se traduce a proteína,
es decir, las personas con esta patología carecen de la proteína FMRP1.
¿Qué hace la proteína FMRP1? Básicamente
es una reguladora de la actividad de otros genes: es una proteína que controla
la expresión de genes. En efecto, es interesante hacer notar que se han
identificado alrededor de 500 moléculas diferentes de ARNm (resultado de la transcripción
de genes) sobre los que puede actuar la FMRP1 y, desde el punto el aspecto
neurocientífico, más de la mitad de los ARNm están relacionados con la
fisiología de la sinapsis, lo que por sí solo es más que suficiente para
explicar los problemas neurológicos de estos pacientes. Así, por ejemplo, la
proteína FMRP1 es clave en la traducción de la proteína precursora amiloide, responsable de la enfermedad de
Alzheimer.
En 2001 se describió por primera vez el
llamado síndrome de temblor-ataxia
relacionado con X-frágil, conocido como FXTAS (fragile X-associated
tremor/ataxia syndrome). Se trata de un problema neurológico que se
manifiesta en una ataxia cerebelosa y temblores, disfunción del sistema
nervioso autónomo, parkinsonismo, problemas cognitivos, etc., que se inicia más
allá de los 50 años siempre que las personas padezcan entre 50 y 200
repeticiones CCG en el gen FMR1.
Las personas FXTAS presentan los
llamados inclusion bodies (cuerpos de
inclusión), esto es, tienen inclusiones intranucleares de ubiquitina en las neuronas y los astrocitos de muchas regiones
cerebrales. La ubiquitina es una proteína que controla las ciclinas que a su vez también afectan al ciclo celular y, por eso, no
es extraño que el gen que controla la ubiquitina-1 se encuentre en lesiones relacionadas
con enfermedades neurodegenerativas como la de Alzheimer y la de Parkinson.
1 comentario:
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