Dopamina y esquizofrenia

Los procesos biológicos responsables de que se produzca esa enfermedad tan cruel como es la esquizofrenia son desconocidos. No obstante, hay diversas hipótesis que guardan una estrecha relación con la hiperactividad de las neuronas que utilizan el neurotransmisor dopamina. Y estas neuronas se hallan en varias vías entre las que se encuentra la denominada mesolímbica.

La vía mesolímbica está formada por neuronas cuyos cuerpos celulares se localizan en el área tegmental ventral (del mesencéfalo) y cuyos axones terminan en ciertas regiones límbicas tales como el núcleo accumbens.Parece que la hiperactividad de estas neuronas es la responsable, al menos, de algunos de los síntomas positivos de la esquizofrenia, tales como las alucinaciones auditivas, delirios y trastornos del pensamiento. Además, esta vía está relacionada también con las conductas de refuerzo y, de hecho, muchas drogas de abuso tienen que ver con ella. Por ejemplo, sustancias como la cocaína y las anfetaminas guardan una estrecha relación con el incremento en la liberación de la dopamina; en muchos casos, el consumo de estas sustancias provoca cuadros pseudoesquizofrénicos.

Los datos que apoyan la hipótesis tienen que ver con el hecho de que aquellos fármacos que bloquean los receptores de la dopamina y, más concretamente los denominados receptores D2, actúan de manera efectiva contra los síntomas indicados.

 En efecto, al iniciarse la década de 1970 se empezaron a utilizar neurolépticos antisicóticos que bloqueaban los receptores D2: clorpromacina, clozapina, haloperidol, etc. De esta manera se reduce la actividad de la dopamina en la vía mesolímbica, al encontrarse los receptores del neurotransmisor “ocupados” por el fármaco. No obstante, esta vía no es el único lugar donde se encuentran los receptores citados y, por tanto, no es el único sitio donde puede actuar el fármaco. Por desgracia, la mejora en los síntomas señalados va acompañada del empeoramiento de otros, todo lo cual está conforme con que la dopamina es un neurotransmisor estrechamente relacionado con la esquizofrenia. Veamos.

Estas fármacos también bloquean los receptores D2 de la vía mesocortical, que va desde el área tegmental ventral hasta la corteza límbica, y parece que ella, en los esquizofrénicos, tiene menos dopamina de la normal; se cree que esta vía es responsable de los síntomas cognitivos y negativos de la patología: apatía, embotamiento cognitivo, aislamiento social, etc. En consecuencia, es fácil comprender que si se sitúan las moléculas de los fármacos antiesquizofrénicos citados en los receptores D2 de las neuronas mesocorticales, se generará un empeoramiento en el funcionamiento de esta vía y un incremento de los síntomas cognitivos y negativos de la enfermedad.

Pero los receptores citados también se encuentran en otra vía que tiene relación con esta psicosis: la nigroestriada, de neuronas cuyos axones van desde la sustancia negra hasta los ganglios basales, una vía que interviene en los movimientos motores. Cuando se bloquean los receptores D2 por los fármacos antiesquizofrénicos, a los que me he referido antes, se producen unos trastornos motores que son parecidos a los que se manifiestan en la enfermedad de Parkinson y, a largo plazo, pueden generar un trastorno conocido como discinesia tardía: movimientos faciales, masticatorios, muecas y movimientos extrapiramidales.