Mientras nuestro cerebro sea un arcano, el Universo, reflejo de su estructura, será también un misterio
(Santiago Ramón y Cajal)


18 de septiembre de 2016

Mente oculta

Hay un fenómeno relativamente frecuente que recibe el nombre de  criptomnesia que se puede definir como la capacidad de recordar cosas que, a priori, no recordamos conscientemente, esto es, implica la posibilidad de sacar a relucir la memoria oculta. Por tanto, se puede utilizar, aunque no sepamos que la estamos usando.
Y si no sabemos que tenemos determinada información oculta es probable que cuando la evoquemos alguien, incluso usted, le dé unas características mágicas, novedosas u originales.

3 de septiembre de 2016

Pintura y cálculos cerebrales

Hasta hace relativamente poco tiempo, la locura era una “enfermedad” que englobaba numerosas alteraciones, más o menos graves, del comportamiento. El ser humano, hasta hace poco tiempo, no comprendía nada pero sabía que algo anómalo estaba sucediendo.
La solución “científica” podía encontrarse en la trepanación que podría abrir una puerta por donde saldrían los malos espíritus o serviría para encontrar una supuesta piedra que provocaba en el demente ese estado.

18 de agosto de 2016

Dormido con un cerebro despierto

El sueño, dormir, es un suceso rítmico.  Se produce diariamente, cíclicamente, cada 24 horas y por eso es un episodio circadiano (del latín circa, “alrededor de”, y dies, “día”). Lo primero que hay que aclarar es que sueño, en el lenguaje científico, no es lo que conocemos como tal en el vulgar. En este último, el sueño se refiere a los ensueños. En resumen, el sueño diario tiene ensueños.

3 de agosto de 2016

Cuando nuestro cerebro no puede decir no

Es probable que alguna vez se haya comportado de manera impulsiva, quizá sin demasiada justificación. Acaso después del arrebato se ha arrepentido porque la impulsividad es una manifestación de la conducta que sucede cuando nuestro cerebro tiene que hacer un gran esfuerzo para decir NO... y no lo hace; es una incapacidad para evitar que se inicie una determinada acción. Un comportamiento impulsivo no prevé las consecuencias, hay una incapacidad de la inhibición de los actos, aunque estos sean arriesgados. En cualquier caso, habrá sido un comportamiento eventual.

18 de julio de 2016

Hay algo en el universo que puede vislumbrar mi cerebro

Del mundo exterior a nosotros percibimos lo que podemos, no lo que existe, no lo que hay, sino lo que nuestro sistema nervioso nos permite captar y, posteriormente nuestro cerebro, nosotros, percibimos. Hay numerosas cosas que existen que no podemos distinguir, pero hay máquinas que lo hacen por nosotros y nos lo “traducen”. Ningún ser humano percibe las ondas de radio, los rayos X, etc. y es que no tenemos receptores biológicos para esas radiaciones electromagnéticas. Tampoco podemos ver muchas cosas pequeñas, pero hay aparatos que nos ayudan.

3 de julio de 2016

¿Un cerebro musical?

Hay mucha gente que cree que sólo se puede ser una persona apta para la música si el cerebro tiene unas condiciones adecuadas, dicen que hay que poseer unas aptitudes sin las cuales no se puede ser un buen músico. Claro que no estoy pensando en una persona con el nivel musical de Juan Sebastián Bach o con la capacidad interpretativa de Alfredo Kraus, se trata de saber si el cerebro de un músico está, de alguna forma, “predestinado” para ser un intérprete de algún instrumento o, por el contrario, el hecho de ejecutar música es lo que ha provocado la modificación de ciertas estructuras cerebrales como consecuencia de eso que llamamos plasticidad cerebral y que ya se ha comentado varias veces en este blog.

18 de junio de 2016

Un flujo inacabable de imágenes

Creo que todo el mundo ha oído alguna vez un término formado por tres letras: l, s y d: LSD, la dietilamida del ácido lisérgico, una sustancia que estuvo muy de moda en los años 60 porque había muchas personas con cierto prestigio social, en la música, en el la pintura, incluso en la ciencia, que presumían haber consumido el “ácido”, como vulgarmente se la denominaba. Y esto acabó con la vida de muchas de ellas, como la del guitarrista Jimi Hendrix, en 1970.

3 de junio de 2016

Entrenamiento cerebral

Los seres humanos nos podemos adaptar al medio porque tenemos un conjunto de capacidades de distinta condición que ejercen una función específica e importante. Así, por ejemplo, gracias a las capacidades motoras podemos coordinar nuestros movimientos para andar, correr o subirnos a una bicicleta. También poseemos capacidades emocionales que nos hacen sentir miedo ante un acontecimiento que podría sernos perjudicial o que nos permiten empatizar con el ser humano que está sufriendo. Asimismo también hay otras capacidades como las psicosociales y las cognitivas. Las capacidades cognitivas (razonamiento, abstracción, percepción, atención, memoria, etc.) nos permiten crear mentalmente un esquema de lo que voy a hacer mañana, recordar lo que hice en la última excursión, reconocer la cara de un amigo al que hace años que no he visto, etc.

18 de mayo de 2016

Simpatía y música en un cerebro diferente

En 1961, un cardiólogo neozelandés, John C. P. Williams, publicó un artículo en el que se describía una rara enfermedad. El año siguiente la misma alteración fue referida por el pediatra alemán Alois J. Beuren (1919-1984). Desde entonces esa patología se conoce con el nombre de síndrome de Williams o síndrome de Williams-Beuren.
En los niños con esta alteración (uno de cada 20.000 nacimientos) se manifiestan una serie de características faciales muy marcadas, y entre ellas se puede destacar la frente amplia, la nariz pequeña, el surco nasolabial largo, estrabismo, llamativas orejas, etc. De hecho, los primeros informes consideraban que los niños con esta enfermedad eran parecidos a los elfos de la mitología nórdica y, por un tiempo, se hablaba del "síndrome de Williams cara de elfo".

3 de mayo de 2016

Plantas y cerebro

Los mormones no pueden tomar té ni café. Sin embargo, sí pueden beber la infusión de una planta originaria del sureste de los Estados Unidos y México que se denomina Ephedra nevadensis y entre otros nombres vulgares se llama también “te mormón”. El vegetal en cuestión contiene una sustancia química como la efedrina que es capaz de producir alucinaciones. 
Usted, quizá, que probablemente no es mormón, le gusta saborear un buen café después de las comidas o tomar la cafeína de una taza de té (teína) o de la sudamericana yerba mate (Ilex paraguariensis) o de la Paullinia cupana, una planta de la Amazonia que también tiene cafeína (guaranina).

18 de abril de 2016

Cuidado Nefelibata…

…que entre las nubes también se puede meter la pata. Claro que sí. Todos conocemos a personas a las que les encanta la montaña. Hacen excursiones con el fin de escalar las cimas más peligrosas o, acaso, las más altas. Leemos en la prensa que un montañero ha subido no sé cuántas montañas que tienen más de 6, 7 u 8.000 metros. ¡son palabras mayores! Y son mayores porque es una forma muy “peculiar” de exponerse a algunos trastornos que nos les sientan nada bien a nuestras neuronas.

3 de abril de 2016

Obesidad y la leptina, una esperanza frustrada

En 1950, investigadores del Laboratorio Jackson, en Bar Harbor (Maine), que estaban trabajando con un grupo de ratones encontraron una mutación espontánea de obesos, tan gordos que pesaban tres veces más que los ratones normales. Estos roedores presentaban dos alelos mutantes (ob), eran, por tanto, homocigóticos y se les denominó ratones ob/ob. Era una prueba de que la obesidad tenía, en parte, una base genética.

13 de marzo de 2016

Agresión, genes y neurociencia

El científico ruso Dmitri Belyaev (1917-1985) realizó en la década de los 60 del siglo XX uno de los experimentos más famosos sobre la genética del comportamiento de agresión. Escogió, de entre la misma población de ratas grises siberianas, dos cepas de ratas con una conducta dispar: unas eran ratas mansas, sociables (que fueron elegidas por lo bien que aceptaban la presencia humana); las ratas no sociables tenían un comportamiento agresivo y fueron elegidas, por el contrario, por lo mal que reaccionaban ante los humanos.

2 de marzo de 2016

Inteligencia, genes y etnias

Genes e inteligencia son dos palabras que en ocasiones parece que no pueden ir juntas ya que, para unos, la inteligencia es debida casi exclusivamente a los genes y para otros sólo el ambiente tiene una influencia significativa en la inteligencia.
No voy a entrar a explicar el término inteligencia, un concepto nada objetivo,  porque esto nos llevaría muchas páginas, pero podemos aceptar la clásica definición: “Facultad de la mente que permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidad”, o “la capacidad para resolver problemas o elaborar productos que puedan ser valorados en una cultura concreta”, u otras más paradójicas; la de Woodrow que considera que la inteligencia es la “capacidad de adquirir capacidad”, y la muy clásica de Bridgman: “la inteligencia es lo que miden los test de inteligencia”.