Mientras nuestro cerebro sea un arcano, el Universo, reflejo de su estructura, será también un misterio
(Santiago Ramón y Cajal)


18 de septiembre de 2016

Mente oculta

Hay un fenómeno relativamente frecuente que recibe el nombre de  criptomnesia que se puede definir como la capacidad de recordar cosas que, a priori, no recordamos conscientemente, esto es, implica la posibilidad de sacar a relucir la memoria oculta. Por tanto, se puede utilizar, aunque no sepamos que la estamos usando.
Y si no sabemos que tenemos determinada información oculta es probable que cuando la evoquemos alguien, incluso usted, le dé unas características mágicas, novedosas u originales.

Criptomnesia es un término que fue utilizado por primera vez por el que fuera profesor de Filosofía y Psicología fisiológica en la Universidad de Ginebra Théodore Flournoy (1854-1920. 
Este científico suizo asistió, en 1894, a una sesión de espiritismo con Catherine-Élise Müller (1861-1929), y quedó fascinado por las manifestaciones de la joven. Después de varios años de estudio, la hizo muy popular al escribir un libro que fue un auténtico éxito editorial: Desde la India al planeta Marte, que apareció en 1899 y que tenía un subtítulo muy clarificador: estudio de un caso de sonambulismo con glosolalia, esto es, con un lenguaje incoherente y complicado, con palabras ficticias y una sintaxis incorrecta.
Descubrió que la vida de Catherine-Élise se podía estructurar en tres etapas: una primera extraterrestre, en la que había vivido en Marte (que era el resultado de un retorno a la niñez); una segunda de princesa india del siglo XV (consecuencia de una vuelta a los 12 años); y una tercera época en la que fue María Antonieta (que la retrotraía a los 16 años). El científico suizo descubrió que la mente de Catherine-Élise creaba historias ¡que había leído en su adolescencia!
La criptomnesia también fue utilizada por el científico Carl Gustav Jung (1875-1961) para explicar la existencia de un supuesto plagio de Friedrich Nietzsche (1844-1900) en Así habló Zaratustra. En efecto, la descripción de un “vuelo” de Zaratustra es semejante al que se puede ver en un texto que parece que, con seguridad, había leído de joven Nietzsche y que fue publicado en 1833 en los Blatter von Prevorst por el  médico y poeta alemán Justinus Kerner (1786- 1862); se basaba en el diario de a bordo de un barco inglés mientras navegaba en 1686 por el Mediterráneo. Pero lo curioso del caso es que en la citada obra de Nietzsche también hay dos relatos que guardan una gran semejanza con otros tantos de Las mil y una noches.
 Justinus Kerner

El sociólogo estadounidense Robert  Merton (1910-2003) trata de este fenómeno en The ambivalence of scientists e indica que la criptomnesia le puede suceder a cualquier intelectual, sin mala intención.
¿No le ha acaecido alguna vez que ha emergido a su consciencia información de cualquier tipo que no sospechaba poseer? Es algo semejante a realizar un repaso por encima de los libros de su biblioteca y encontrar uno del que no sospechaba su presencia, aunque usted lo colocó en su anaquel adecuado y, acaso, lo fichó concienzudamente.
 En la criptomnesia se evoca un recuerdo y no se considera tal y, consecuentemente, si ese recuerdo se da como novedoso podría resultar una  idea pionera. Así que es posible que lea usted unos conceptos originales de un determinado autor, sufra criptomnesia de esta información y, después de un tiempo, evoque esa información como suya; entonces, está “plagiando” sin saberlo.
Sabemos que mediante hipnotismo es posible recuperar ciertas memorias escondidas y posteriormente utilizarlas y no es demasiado raro que en una sesión de hipnotismo una persona sea capaz de realizar algunas rutinas “olvidadas” en su vida no hipnótica. El resultado es, siempre, el asombro de los que han asistido a esa sorpresa de la mente.

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