Mientras nuestro cerebro sea un arcano, el Universo, reflejo de su estructura, será también un misterio
(Santiago Ramón y Cajal)


7 de marzo de 2013

El síndrome de Stendhal


¿Se ha emocionado ante la contemplación de una obra de arte? ¿Escuchando música? ¿Leyendo una poesía?
El literato francés Henri-Marie Beyle (1783-1842), más conocido por su seudónimo Stendhal —el famoso autor de La cartuja de Parma—, escribió un libro titulado Nápoles y Florencia: Un viaje de Milán a Reggio, en el que narraba lo que le sucedió al contemplar la florentina Basílica de la Santa Cruz. La impresión que le produjo encontrarse ante las tumbas de personajes tan paradigmáticos como Alfieri, Galileo, Miguel Ángel... y la belleza del conjunto le forjaron unos  peculiares efectos: "Había llegado a ese punto de emoción en el que se encuentran las sensaciones celestes dadas por las Bellas Artes y los sentimientos apasionados. Saliendo de Santa Croce, me latía el corazón, la vida estaba agotada en mí, andaba con miedo a caerme". Stendhal curó sus emociones comentándole a un amigo lo que le acaba de suceder.