Mientras nuestro cerebro sea un arcano, el Universo, reflejo de su estructura, será también un misterio
(Santiago Ramón y Cajal)


21 de febrero de 2011

Hormonas sexuales y patologías neurales

Los esteroides son unas sustancias del grupo de los lípidos que cumplen funciones muy importantes en los seres vivos. Limitándonos exclusivamente a los que son hormonas hay que indicar que algunas de ellas son producidas en glándulas endocrinas sexuales: testículos y ovarios. Entre los esteroides producidos por los testículos podemos señalar a la testosterona y por los ovarios a la progesterona y el estradiol.
Las hormonas sexuales tienen una función muy importante en un gran número de procesos, entre los que se encuentran los neurales. Ello nos induce a pensar que una modificación, ya sea por exceso o por defecto, de sus concentraciones en sangre es posible que afecte, en algún sentido, a ciertas enfermedades neurológicas.
Uno de los hechos más atrayentes que confirman, en buena medida, lo anterior es que hay diferencias sexuales altamente significativas en lo que se refiere a la recuperación del tejido nervioso como consecuencia de los accidentes cerebrovasculares. Veamos.
En efecto, en ratas se ha demostrado que las neuronas de cierta regiones del hipocampo son más susceptibles de degenerar (utilizando estímulos artificiales) según la fase del ciclo estral en la que se encuentre el animal.
Por otra parte, en humanos, hay estudios clínicos que han puesto de manifiesto que los cambios en las concentraciones sanguíneas de diferentes hormonas sexuales tienen relación con el riesgo de sufrir un infarto cerebral. Se sabe, por ejemplo, que las mujeres premenopaúsicas tienen una menor probabilidad de sufrir un infarto cerebral que los varones de edades similares, lo que se corrobora con el hecho de que cuando las mujeres superan la edad de la menopausia igualan su riesgo de infarto con el de los varones. No obstante, aunque un buen número de estudios señala que la terapia sustitutiva con estrógenos (en mujeres menopáusicas) disminuye el riesgo de padecer un infarto cerebral, también hay investigaciones que indican lo contrario en relación con estas mujeres.
En otro orden de cosas, en las mujeres que padecen ataques de epilepsia hay una correlación negativa entre los niveles sanguíneos de progesterona y el número de ataques epilépticos, esto es, cuanto mayor es la concentración de esa hormona femenina menor es la probabilidad de sufrir un ataque.
Por último, en relación con la enfermedad de Alzheimer, se han publicado varios estudios en los que se ha relacionado la terapia sustitutiva con estrógenos con el menor riesgo de padecer dicha enfermedad aunque, desgraciadamente, cuando se presentan los síntomas de la misma, la utilización de estos esteroides femeninos no tiene efecto paliativo alguno, antes bien, parece que empeoran algunos signos externos de esta patología.