Mientras nuestro cerebro sea un arcano, el Universo, reflejo de su estructura, será también un misterio
(Santiago Ramón y Cajal)


23 de febrero de 2008

Un apagón emocional: el síndrome de Klüver-Bucy

En 1938 Heinrich Klüver y Paul Bucy describieron, en monos, el cuadro emocional obtenido después de la extirpación de los lóbulos temporales (lobectomía temporal): animales agresivos y extraordinariamente susceptibles ante sus cuidadores o los investigadores, se volvían mansos, obedientes y no mostraban agresividad alguna; no tenían miedo a nada, ni a las serpientes, algo extraordinario porque a los monos normales les producen pánico. Manifestaban lo que se ha dado en llamar ceguera psíquica, ya que se acercaban a cualquier objeto, aunque les pudiera causar daño. Finalmente, también mostraban una gran actividad sexual que se expresaba en comportamientos tan anómalos como intentar copular con ejemplares de otras especies e, incluso, con objetos. Estas alteraciones de la conducta se conocen en la actualidad con el nombre de síndrome de Klüver-Bucy y, de la misma manera que en los monos, también han sido descritas en la especie humana.
En efecto, muchos años después, Marlowe y colaboradores describieron esta alteración en un hombre que tenía una infección cerebral: “…aunque antes era una persona inquieta, en última instancia se convirtió en una persona extraordinariamente tranquila. Parecía indiferente a las personas o a las situaciones. Pasaba mucho tiempo mirando la televisión, pero nunca aprendió a ponerla en marcha; cuando el televisor estaba apagado, solía mirar los reflejos que producían en la pantalla de cristal otras personas de la habitación. (…) Exploraba con la boca todos los objetos que estuvieran a su alcance…”