Mientras nuestro cerebro sea un arcano, el Universo, reflejo de su estructura, será también un misterio
(Santiago Ramón y Cajal)


21 de septiembre de 2008

Emoción y decisión

¿Para qué sirven los lóbulos prefrontales? Aunque los conocimientos científicos actuales no nos permiten afirmar con claridad cuál es la función de este territorio cerebral, parece que está implicado en la elección de alguna de las conductas apropiadas a una determinada situación, en mantener las funciones mentales orientadas hacia la consecución de objetivos, en la elaboración del pensamiento y, finalmente, interviene en la emoción.
El perfil emocional de las personas con lesiones en el lóbulo frontal se expresa con alteraciones que los convierten en seres apáticos permanentemente, aunque eventualmente presentan unos episodios de euforia, de irracionalidad y de inmodestia; sus emociones son muy ligeras, las convenciones sociales de estos pacientes se transforman en actividades impulsivas, a veces poseen una exagerada actividad sexual, y, por último, presentan una despreocupación por lo futuro y lo pretérito.
Las personas con lesiones en los lóbulos frontales no son capaces de almacenar la información en la memoria de la misma manera que lo hacen las personas normales. Muchos psiquiatras hacen a la corteza prefrontal responsable de numerosas alteraciones neurológicas y conductuales, como la esquizofrenia. De hecho, los esquizofrénicos tienen, en esa parte del cerebro, un flujo sanguíneo inferior al normal.
La corteza prefrontal es un área cognitiva y emocional que interviene en la interpretación de las señales que proceden de los órganos de los sentidos y tiene una importancia fundamental a la hora de valorar los estímulos emocionales. Harry T. Chugani, científico de la Universidad de California, demostró, al iniciarse la década de los 90, que los bebés entre los 7 meses y el año de edad aumentan la actividad de la corteza prefrontal, algo muy interesante porque guarda una estrecha relación con la época en la que los niños comienzan a tener miedo ante los extraños y en la que regulan su nivel de miedo interpretando las expresiones faciales de los demás. ¿Nunca le ha hecho pucheritos a un niño de alrededor de un año, para ver cómo reaccionaba?