Mientras nuestro cerebro sea un arcano, el Universo, reflejo de su estructura, será también un misterio
(Santiago Ramón y Cajal)


16 de noviembre de 2015

Oxitocina y autismo

La oxitocina es una hormona muy conocida por su importancia en el parto: facilita la dilatación cervical y las contracciones durante el mismo. También es responsable del inicio de la lactancia, de la eyección de la leche, del inicio y mantenimiento de la conducta maternal, de los vínculos en la pareja, etc.
Esta hormona es, químicamente, un péptido producido por neuronas (neuropéptido) que se fabrica en dos regiones del hipotálamo (los núcleos supraóptico y paraventricular) y que es transportada desde aquí y por los axones neuronales hasta la neurohipósis (hipófisis posterior), lugar desde donde se segrega a la sangre.

Desde finales del siglo XX se han realizado investigaciones que estudian la concentración sanguínea de esta hormona en algunas patologías con un fuerte componente conductual, los casos de la esquizofrenia y el autismo.
Quizá el primer estudio sobre la oxitocina y el autismo data de 1998 (de Modahl C. y col.); en él se indicaba que los niños autistas tenían unas concentraciones sanguíneas de oxitocina  menores que los no autistas. No obstante, otros estudios posteriores no encontraron diferencias significativas en las concentraciones de oxitocina en el plasma de preadolescentes y adolescentes con trastorno del espectro autista y jóvenes control. Hay otros trabajos que informan de que hay diferencias importantes de oxitocina en función del sexo: tanto las chicas autistas como las que no lo eran presentaban mayores concentraciones de oxitocina en plasma. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los estudios realizados con mujeres autistas son escasos y en muchos casos con poco valor estadístico ya que esta alteración es eminentemente masculina: alrededor del 80% de los autistas son varones. 

En relación con la conducta se han publicado trabajos en los que la toma de oxitocina reduce algunos comportamientos típicos del espectro autista. Así, se ha visto que la administración de este neuropéptido tiende a disminuir determinadas conductas características de personas autistas  que tienen relación con la interacción social: alteraciones en el lenguaje corporal, incapacidad para iniciar una conversación, imposibilidad para compartir actividades, etc.
Además, en trabajos muy recientes se ha informado de que la oxitocina amplía la capacidad para comprender las emociones sociales de otras personas y, también, que la administración intranasal de esta hormona durante seis semanas reduce significativamente signos del autismo relacionados con la reciprocidad social.
También se han realizado estudios en animales que explican algunas alteraciones de las alteraciones propias del espectro autista. Así, por ejemplo, en ratones modificados genéticamente, que no expresan el receptor de la oxitocina, muestran alteraciones entre las que cabe destacar una menor ansiedad por la separación de la madre, una socialización anómala, etc.; asimismo, ratones que manifestaban alteraciones en el comportamiento social y las conductas repetitivas mejoraban de estas anomalías después de la administración de la hormona. Por último, en primates se ha descrito la presencia de receptores de oxitocina en regiones que modulan la atención visual y auditiva.
En el sistema nervioso central  la oxitocina realiza una acción moduladora de diferentes regiones cerebrales que tienen relación con la  percepción social, la emoción, motivación, etc.; así, en este sentido, afecta al funcionamiento del hipocampo, la amígdala, área tegmental ventral, núcleo accumbens, etc. Asimismo, en roedores, la oxitocina está implicada en mayor o menor medida, en algunas conductas sociales.
En consecuencia, y por todo lo dicho, no debe extrañarnos que la hormona en cuestión reduzca algunos problemas que guardan relación con el autismo.
Los estudios realizados con personas que padecen autismo han generado unos resultados prometedores en lo que a reconocimiento de las emociones y de la mirada. No obstante, se hace necesario incrementar el rigor de las investigaciones debido a que las muestras de autistas tratados con oxitocina son pequeñas, los estudios no comprenden a mujeres y no hay exploraciones sobre este asunto realizadas a largo plazo.

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