Mientras nuestro cerebro sea un arcano, el Universo, reflejo de su estructura, será también un misterio
(Santiago Ramón y Cajal)


22 de abril de 2010

Factores insulínicos y cerebro


La insulina es una hormona conocida por todos y asociada a una enfermedad que denominamos diabetes; guarda, por tanto, relación con la glucemia, esto es, con el contenido de glucosa en la sangre. La insulina es la única hormona que se encarga de bajar la concentración de glucosa en la sangre y, en consecuencia, es imprescindible a la hora de mantener la glucemia.
Es menos conocido que hay neuronas que segregan insulina y otros péptidos semejantes que se denominan factores insulínicos o IGF. Aún es menos sabido que en algunos invertebrados tan sencillos como el nematodo Caenorhabditis elegans hay más de treinta de estos factores y 10 en mamíferos, lo que implica que, desde el punto de vista evolutivo, deben ser un acierto fisiológico y, como resultado, fundamentales.
Una de estas sustancias guarda relación con el desarrollo cerebral. Así, en ratas manipuladas genéticamente, la falta de uno de estos factores, denominado IGF1, produce un cerebro anormalmente pequeño mientras que su exceso genera megacerebros.
En las primeras etapas de la ontogénesis las neuronas producen el IGF1 necesario para estimular la neurogénesis, Por su parte, alcanzado un determinado nivel de desarrollo, cesa la fabricación general de este factor que se circunscribe a zonas concretas del cerebro. Bien es cierto que, entonces, las neuronas disponen de los factores en la sangre y, en el caso de los vertebrados, las principales células fabricantes de los mismos son las pancreáticas, las hepáticas y las intestinales. En nuestra especie, la producción de ese factor decrece desde los 30 años aproximadamente.
Se ha visto que en ciertas patologías que afectan al sistema nervioso, tales como la depresión, accidentes vasculares, demencia y otras, los niveles sanguíneos de IGF1 estaban alterados en relación con los normales. Pero, ¿por qué cambia la concentración de IFG1 sanguíneo en las patologías neurodegenerativas?
Hay científicos que sostienen la hipótesis de que esta sustancia es de protección neuronal, lo que implica que IGF1 podría bajar su concentración antes de la enfermedad o bien al revés: las patologías neurogenerativas provocarían la disminución del citado factor insulínico.
La mayor parte de las investigaciones señalan que los cambios neuronales patológicos son la consecuencia del déficit de IGF1 pero, fuera como fuera, la administración de esta sustancia es posible que tenga efectos terapéuticos.

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